sábado, 19 de septiembre de 2009

Así déjalo.

Hace tiempo, recibí un correo de El Más Grande** donde me avisaba de su boda.

¿Qué sentí? Raro. Fueron emociones encontradas, además, en esos días mi cabeza estaba más revuelta que de costumbre, pero el orgullo (o el amor propio) pudo más; sólo borré el mensaje y procedí a hacer lo que cualquier persona sensata haría: block&delete de facebook, messenger, twitter, celular y cualquier otro medio de contacto.

Semanas después recibí una llamada a la oficina y ¡oh sorpresa! Era él.

Lo saludé con mucho gusto, porque mi reacción al leer el correo fue impulsiva; con al paso de los días me dí cuenta que no eran ondas de deseo o celos lo que sentí, porque ya no había ni hay amor apasionado, ni esperanza de "un último intento", supongo que fue una reacción natural al saber que ya entró a la categoría "intocables".

Su intención fue disculparse por haberme avisado así, en el fondo entiendo que no había forma prudente o no de hacerlo. Así que le dije que no había problema, que me daba mucho gusto ver y saber que era feliz y que le deseaba lo mejor en esta nueva etapa. En algún momento hizo un comentario de: "Ahora que vaya para allá, nos vemos y bla, bla, bla...".

Y dije: "MOMENTO: No la cagues, eres El Más Grande, no hagas comentarios que te pongan al nivel de los demás, tengo un panteón emocional para todos, menos para tí, aquí no hay esperanza, no hay nada más que buenos recuerdos y así déjalo. Disculpa, pero estoy muy ocupada, tengo que colgar".

Hay explicaciones y disculpas que se vuelven innecesarias si no se hacen en el momento adecuado, me ha costado mucho trabajo aprender a decir "adiós", quizá lo he hecho de la peor de las maneras ya que casi siempre he tenido que actuar en consecuencia de decisiones ajenas.

Ahora sé que no tengo miedo de dejar ir a las personas, quien sea para mí, será bienvenido, teniendo siempre la opción de irse o quedarse, siempre y cuando hable de frente. Nada es obligatorio.

Pensar, actuar y hablar en el mismo sentido nos da la confianza de saber que estamos en el lugar y circunstancias que elegimos, si estas son correctas o no, ya cada quien sabrá.

Vaya esta rolotototota para reforzar la idea.



Y si les gusta, se las regalo, ya ven que soy bien buena onda. Píquenle.

**Dícese del hombre que su servilleta ha querido más tiempo y con quien creció en hartas cosas.

4 comentarios:

Endless Nameless dijo...

Pues lo bueno es que las cosas puedan quedar en una buena amistad, que queden los buenos recuerdos y todos los momentos. Usted nomàs no se agüite y siga adelante, que hombres habemos muchos.

PD Esa rola de los bicles es la onda.

Noe Mayo dijo...

El contacto, la convivencia, crean fuertes vinculos, raices como dicen algunos, cariño como le creemos otros. Y es un sentimiento normal o es una bola de sentimientos normales, la reacción, la confusion del momento en el que te enteraste ya sea por el mensaje o despues por telefono, y luego viene esa sensación agridulce una vez que pareciera que uno asimila el shock, el descontrol, pero éste, al contrario, sigue latente aunque en cantidades dosificadas minimas que a veces uno pensaría que ya no están debido a otros estimulantes que en determinadas condiciones, (otros lugares, otras personas, otros sabores y olores), llenan ese "hueco" que sientes a ratos.
Paciencia, y verás como encuentras el equilibrio en tus sentimientos que hoy pudieras o no encontrar.

Isabel dijo...

Noé y Dave: Claro, el punto es que el lugar especial de este tipo es por lo que representa, sin embargo, es claro que forma parte de la historia y la histeria de mi vida, me queda un gran recuerdo y el aprendizaje, únicamente eso.

Respecto a la onda sentimental, estoy convencida que TODOS merecen una oportunidad, ja, ja. No tengo problema en intentar, sólo que a últimas fechas he aprendido a ser más cuidadosa, sin embargo: por diversión, ¡no paramos!

Erich dijo...

Aun que me case, siempre estaras dentro de mi mis mas obscenos pensamientos.

Te quiero

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