Uno más Vol. 2

Resulta que después del rock and roll del miércoles, mi demostración de estoicismo al aventarme un jueves y viernes de locos en la oficina, por festejos no parábamos, así que supuestamente iríamos a Frida, donde estuvimos un rato pero la verdad es que no estaba muy padre, así que como un clásico, Rebe se echó el equipo al hombro y en un par de llamadas tenía resuelta la noche, la cita era en un cantabar llamado "El Zur", nomás por el nombre imagínense cómo estaba, el punto es que la banda que nos esperaba era muy muy muy cagada.


(no salí completa, pero salí chida, jiji)

En fin, esa noche fue de cantar muchas rolas de dolor, otras de fiesta y de estar con mi gran amiga Clau además de las de siempre: Rebe y Carito.



La Rebe como un clásico rockeó como las grandes y demostró que lleva la música por dentro y no tiene empacho en sacarla cuando es necesario (y aunque no lo sea).



Para el sábado me encontraba bastante disminuida física y anímicamente, pero ya había quedado con toda la banda de ir a La Perla, que tiene uno de los mejores ambientes, no dejé de bailar, y nomás por andar de fiesta no me puse las pilas con un beibe que hasta fotos me dí cuenta que me tomó, qué tibio, me hubiera hablado.







El show está pocamadre y descubrí que pude haber sido exótica porque la onda de las pelucas, lentejuelas y vestidos putangueros me encantó.





(Esta es la imitación de Cindy Lauper, donde hasta me sacaron a bailar)


(Esta es la de Madonna que amé con locura)

Obviamente a las 3:00 am nos corrieron de ahí, pero como Rebe, Jordan y yo somos unos atascados y queríamos más fiesta, nos lanzamos al mejor karaoke que conozco: el Pedro Infante no ha muerto que es un congal en toda la extensión de la palabra, pero que tiene un no sé qué que qué sé yo, que a BN nos encanta.



Aquí una muestra de cómo está el Pedrito cuando la mayoría de los lugares han cerrado:




(Creo que esta foto fue como a las 6:00 am y seguía hasta el gorro)

Aquí ya fue la locura total, Rebe y yo fuimos blanco de ataques perpetrados por dos o tres beibes, algunos bien, otros nefastos, pero Jordan se rifó como un caballero y los aplacó.






Tengo que confesar que es la primera vez que le aguanto una fiesta a Rebe, el aguante y pila de esta mujer son bárbaros y como una ganadora le seguí la fiesta, evidentemente mi consumo de alcohol también fue moderado, porque está comprobado que no me puedo poner a la altura de los profesionales.






Ya al calor de los alcoholes y llegando el amanecer, Rebe y yo nos dijimos muchas cosas que ambas traíamos y que era necesario platicar, creo que fue uno de los grandes momentos de la noche, no todo es desmadre a morir, también tengo mis momentos de sinceridad y eso de aguantar vara de las cosas que son realmente importantes entre amigos es fundamental para lograr que las amistades crezcan y se fortalezcan, ¿no creen?



Alrededor de las 8:00 am fuimos corridos de tan noble local y miren nomás cómo sale la gente de ahí, por eso, mi consejo es que siempre traigan unos lentes oscuros en la bolsa, uno nunca sabe cuánto va a durar la fiesta.



Como pueden ver me la pasé re mal, prometo que el año que entra le echaré más ganas para que la celebración sea aún mejor. Hablando en serio, me la pasé increíble, estoy feliz de tener los amigos que tengo, de estar bien, de tener la capacidad de disfrutar la vida como viene y poder compartirlo con gente que me quiere y que yo quiero, y si todo sigue así... ¡que vengan los 30!