lunes, 16 de noviembre de 2009

Mi papá.

Platicando con mi amigo Kodama, salió al tema la muerte de mi papá y de pronto él pensó que me pondría triste por hablar de ello.

Sucede que no, mi papá falleció cuando yo tenía 6 años, a mis 29 y con el paso del tiempo sé que no me pone triste ni me duele pensar que no ha estado ni estará. Quizá porque tengo los mejores recuerdos de él: siempre alegre, invitando amigos a la casa, preparando comidas para sus seres queridos, curiosamente, en su sepelio comimos algo que él había preparado, es una sensación rarísima.

Mi papá fue un hombre muy estricto, educado a la antigua, con muchos defectos como cualquier persona, pero con una alegría de vivir impresionante, recuerdo sus carcajadas, sus cigarros Raleigh, cuando bailaba con mi mamá en las fiestas esta rola y me cargaba para que yo también bailara con ellos, las salidas al parque en mi triciclo Apache, su idolatría por Pedro Infante, las tardes viendo tele conmigo en su regazo. Mi gusto por el fenómeno de la mafia nació porque siempre veíamos Los Intocables cuando él llegaba de trabajar.

Sé que a las personas importantes no se les olvida, ni se les borra, sólo aprendemos a amarlas a distancia y la falta de mi papá ha sido el detonante de muchas cosas que hacen que el día de hoy sea la persona que ustedes conocen como Isabel, Belita o Carolina, ¿y saben qué? Me gusta quién y cómo soy, y eso también lo debo al ejemplo y enseñanzas que recibí en el poquito tiempo que tuve con mi papá.

Sé que jamás me ha dejado sola.

Esta era de sus favoritas:

2 comentarios:

Dave dijo...

Ni te dejará sola. A mí me da un chingo de miedo pensar en que algún día no tendré a mis padres. Chale, no sé qué decir. Sólo te diré que tu papá debe de estar muy orgullo de tí por todo lo que haz logrado.

KDM dijo...

Rockeas, manita.

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